Desde que el domingo fue al cine con Julia, Antonio Juan se siente perseguido por el monstruo que aparecía en la gran pantalla. Y el Invisible hace que sus miedos aumenten: asegura que el monstruo se esconde en los tubos de la calefacción, en la nevera, incluso en el coche. Antonio Juan no se siente bien, no se atreve a decir nada porque nadie le creería, ni siquiera sus propios padres. El Invisible le incita a deshacerse del monstruo, y casi destroza la casa y el coche. Sus padres están preocupados. A tía Kea se le ocurre llevarlo a la consulta de un psicólogo con el que le gustaría entablar relaciones.
Cuando Antonio Juan entra en la consulta, el Invisible habla con su voz y saca los colores al psicólogo, que acaba dándose por vencido. Además, tía Kea lo conquista. Luego, hace un dibujo para Julia que le trae malas consecuencias en clase. Gert intenta conquistar a Julia. Los dos van a un casting, y también Antonio Juan. Finalmente, Antonio Juan y Julia renuncian a hacer cine y se declaran sus sentimientos.